sábado, 26 de diciembre de 2015
viernes, 25 de diciembre de 2015
Cansado
Estoy tan apático, que soy el resultado de un conformismo por lo menos materialista. Busco idealizaciones. Antes las tenía, se generaban. Soy una bomba que esta por estallar. Que tiene un autoconvencimiento porque no se relaciona con sus ideales. No tengo garantías de progreso. No veo nada en nadie. Me parece que se ha llegado a un punto en que la presencia se ha convertido en apariencia. La existencia esta olvidada en algún coagulo mecido en estos conformismos. Pretendemos autoconformarnos y de esa forma todo intercambio entre personas se convierte en la búsqueda instantánea de la complacencia, la autocomplacencia. La apatía es la falla del reconocimiento espiritual entre una persona y otra. De las formas que se crean, hoy por hoy, todo es redundancia. No importa terminar un proceso empático. Lo que importa es autocomplacerse instantáneamente. El otro, es una herramienta. No un vinculo. El otro es el paredón. Tiene que estar. Lo necesitamos. Pero para enviar sabiendo que volverá una seudointerpretación o mas bien, una caja vacía donde nosotros la envolvemos como mas nos gusta, para autocomplacernos. Esto es una mierda. La arrogancia de Dios al hacer inadaptados e imbéciles a los seres humanos. Rodeados de tanto pragmatismo que te induce a los laberintos donde no importa si estas perdido, sino mas bien, importa que camines en la ceguera. Que vayas con tu recipiente de información sobre ¨tus gustos¨ y determines una forma (rápida) de llegar a ellos. Pero que desparpajo.
sábado, 19 de diciembre de 2015
Caminos
Memorias tengo de aquello que en mi tardanza complique. Los pedazos quedaron tirados por las calles que recorrí en bicicleta. Seguro indicarán alguna dirección. Un nicho obtuso, algo opaco, o sin exaltación pero bien frondosos en su encierro. Indican un camino andado y acompañado siempre por otros pedazos mas. Recuerdo que cuando dejaba caer mis pedazos, mi espiritualidad se volvía tan tangible, que redundantemente provocaba extrañeza en los otros pedazos. Esa añoranza, ese olvido. Estaba encerrado. Golpeaba mi cabeza contra los fierros blandos que me agobiaban. Los estiraba hacia sus lados casi siempre, para mirar por sobre ellos. El horizonte siempre estaba obstruído, ilusorio. No se si caí o doble en otra dirección. Aunque el acompañamiento de ambas opciones, sintetiza la abstracción de cualquiera de ellas. En uno de estos caminos, no hay pedazos de esos que buscan otros para armar un racimo, para generar un florecimiento. En uno de estos caminos, simplemente hay cimiento que de tan estático que está, uno se puede deslizar fácilmente y chocar contra otro buscador de pedazos naufragado. Mi transito hoy es fácil. Pero en esa continuidad uno se aferra a cosas tan finitas, que encuentra todo el tiempo el caparazón de estas, y se abruma de tal simpleza, explicitada como un saludo torpe, de ese vecino desconocido y oscuro que nos mira.
Antes buscaba pedazos. Hoy no los encuentro.
viernes, 11 de diciembre de 2015
Sigamos
Buscando estar fuera de esta quietud, que es básicamente, dedicar tiempo al aporte funcional que destina esta empresa. Depende de la perspectiva en que se lo mire, la ciudad despliega todo un trazado donde camina y camina, a veces empuja, a veces se atora, pero siempre impulsiva e irrespetuosa. La perspectiva me refiero a lo mas literal posible. Basta con ver una imagen cenital, donde la locura industrial es la incongruencia de cada ser. Aporto a esta causa desde una apatía que me llama al pensamiento existencial bastante seguido. El idealismo que uno construye cae a pedazos. Es que a veces los sueños son atravesados por cuestiones racionales y logicas, como por ejemplo: el dinero, la dependencia, la imposibilidad, las relaciones. Cuando focalizo en la incongruencia de el andar de cada ciudadano, me refiero mas que nada, en pensar, que cada uno se podría tranquilamente enfrentar con su misma persona en el mismo momento y chocarla. De eso se trata un poco también la convivencia. En ver en el otro a uno. ¿Qué pasaría si con mi auto prepoteo, y no dejo pasar a un peatón? Ese peatón sos vos. ¿O no? El de la bicicleta, también. El del otro auto incluso también. Sos o fuiste vos. Por eso también es importante poner en esta misma dirección el ejemplo de los impuestos a las ganancias y la redistribución de la riqueza. No solo las actitudes son simbólicas, el dinero también lo es. Entonces, que bien nos haría pensar un poco mas que somos en distintos momentos todos los ciudadanos. Una banda que la considero envejecida, decía en una de sus canciones ¨el ego es de la humanidad¨. Simplemente genial.
En el trabajo
Entiendo que esta gente, domina todo tipo de posibilidades ante lo obvio. Ob, único; vio, vía. A estas personas por lo general les encanta mantenerse con un margen de seguridad donde puedan sobreexpresar su soltura. En algunos casos demostrada por la viveza, otras por la superioridad respecto de determinados temas en los que generalmente se prioriza lo material. Es allí donde se establece un vinculo de jerarquías (no por eso autoritarias, pero si siempre, demostrativas) que por medio de una subordinación simbólica, se justifica la posibilidad de entender códigos de humillaciones ¨amenas¨. Estas relaciones tienen como principal arma las pertenencias o las ambiciones que podrían llevar a esa pertenencia. Gentes de este trabajo. La repetición de léxico construido, pronunciados por preguntas y respuestas de consumo. Nada construye. Todo pasa y pasa. Es como si realmente su estadio inalterado y seriado fuera un proyecto fundado en las posibilidades que nos ofrecen culturalmente las pantallas, el marketing, el consumo y por sobre todas las cosas el capitalismo salvaje. Nada opera en contra de eso. Entender los momentos como únicos e irreproducibles sin darle magnitud por su fuerza externa explicada y explicitada, sino desde la sensación misma, efímera, quieta, pero heterea, espiritual...
Es de la forma que por lo menos construyo los asombros, los estremecimientos, que naturalmente y personalmente los busco todo el tiempo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Un día
Todos los días a la misma hora estornudo en el trabajo Me acuerdo, del estornudo de ayer y su repetición Pienso si esta patología me despi...
-
Las velas encendidas manejan su tiempo de muerte Entregan transparencia de vida marcadas con fuego Fuego que da luz a mi ventana de anhelos ...
-
El pliegue Los charcos están desparramados Un poco por escalones que avecinan las casas y otro por esquinas llenas de nadie S...