sábado, 19 de diciembre de 2015

Caminos

Memorias tengo de aquello que en mi tardanza complique. Los pedazos quedaron tirados por las calles que recorrí en bicicleta. Seguro indicarán alguna dirección. Un nicho obtuso, algo opaco, o sin exaltación pero bien frondosos en su encierro. Indican un camino andado y acompañado siempre por otros pedazos mas. Recuerdo que cuando dejaba caer mis pedazos, mi espiritualidad se volvía tan tangible, que redundantemente provocaba extrañeza en los otros pedazos. Esa añoranza, ese olvido. Estaba encerrado. Golpeaba mi cabeza contra los fierros blandos que me agobiaban. Los estiraba hacia sus lados casi siempre, para mirar por sobre ellos. El horizonte siempre estaba obstruído, ilusorio. No se si caí o doble en otra dirección. Aunque el acompañamiento de ambas opciones, sintetiza la abstracción de cualquiera de ellas. En uno de estos caminos, no hay pedazos de esos que buscan otros para armar un racimo, para generar un florecimiento. En uno de estos caminos, simplemente hay cimiento que de tan estático que está, uno se puede deslizar fácilmente y chocar contra otro buscador de pedazos naufragado. Mi transito hoy es fácil. Pero en esa continuidad uno se aferra a cosas tan finitas, que encuentra todo el tiempo el caparazón de estas, y se abruma de tal simpleza, explicitada como un saludo torpe, de ese vecino desconocido y oscuro que nos mira.
Antes buscaba pedazos. Hoy no los encuentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un día

Todos los días a la misma hora estornudo en el trabajo Me acuerdo, del estornudo de ayer y su repetición Pienso si esta patología me despi...