El pliegue
Los charcos están desparramados
Un poco por escalones que avecinan las casas
y otro por esquinas llenas de nadie
Se pliega
Los cordones desfachatados que supuran la gota
Salpican entre recovecos las vestiduras del Sonámbulo
Y logran alcanzar el nervio estático
Hay pliegue
La psiquis del martes por la mañana amortiza
Él, tiene miedo de pisar la baldosa que se transparenta de las de más
Insegura ella, de su apoyo desvencijado
Se despliega
Torpe el pie sonámbulo, monótono autómata
Lo riega de sal -en una retrospectiva del charco desparramado-
Y lo despierta de una somnífera existencia
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