viernes, 11 de diciembre de 2015

Sigamos

 
Buscando estar fuera de esta quietud, que es básicamente, dedicar tiempo al aporte funcional que destina esta empresa. Depende de la perspectiva en que se lo mire, la ciudad despliega todo un trazado donde camina y camina, a veces empuja, a veces se atora, pero siempre impulsiva e irrespetuosa. La perspectiva me refiero a lo mas literal posible. Basta con ver una imagen cenital, donde la locura industrial es la incongruencia de cada ser. Aporto a esta causa desde una apatía que me llama al pensamiento existencial bastante seguido. El idealismo que uno construye cae a pedazos. Es que a veces los sueños son atravesados por cuestiones racionales y logicas, como por ejemplo: el dinero, la dependencia, la imposibilidad, las relaciones. Cuando focalizo en la incongruencia de el andar de cada ciudadano, me refiero mas que nada, en pensar, que cada uno se podría tranquilamente enfrentar con su misma persona en el mismo momento y chocarla. De eso se trata un poco también la convivencia. En ver en el otro a uno. ¿Qué pasaría si con mi auto prepoteo, y no dejo pasar a un peatón? Ese peatón sos vos. ¿O no? El de la bicicleta, también. El del otro auto incluso también. Sos o fuiste vos. Por eso también es importante poner en esta misma dirección el ejemplo de los impuestos a las ganancias y la redistribución de la riqueza. No solo las actitudes son simbólicas, el dinero también lo es. Entonces, que bien nos haría pensar un poco mas que somos en distintos momentos todos los ciudadanos. Una banda que la considero envejecida, decía en una de sus canciones ¨el ego es de la humanidad¨. Simplemente genial.

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