La única que me quiere realmente,
es la nube ambulante,
es el deterioro de mi introspección,
es la rabia que no le corresponde.
La única que me quiere realmente,
tiene desmerecida mi especulación,
un puñado de aire sin certezas,
y vagas promesas del tiempo.
Lo único que puedo hacer,
es gozar de su calamidad,
porque así de cruel es mi transparencia,
porque así naufrago entre espejos.
Esa solemnidad aparenta,
Es apática
Es apática
Y una sustanciosa pérdida de existencia
Se evapora por las rendijas
Se evapora por las rendijas
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