domingo, 24 de julio de 2016
Relato de este domingo
Mientras aspiraba el piso de mi habitación pensaba en cuanto te molestaba que lo haga. Porque es de madera o parqué, nose. Y tu habitación tiene un suelo es alfombra, donde sí se justificaba usar la aspiradora para limpiar nuestra mugre, que hacíamos juntos. Juntos molestándonos, rompiéndonos las pelotas, o los ovarios. Porque, ¡qué divertido era acostarme en tu cama y después tirarme al suelo con vos! Y tirarme arriba tuyo y romperte las pelotas. O, a veces justificado por la TV, aprovechaba a dormirme porque tenía un sueño, que era mas bien, soñar con la posibilidad de dormir todos los días que quedaran ahí, con vos.
Esa era mi satisfacción.
Cuando despertaba y entreabría algún ojo, me encontraba con que vos también te habías dormido, como besándome. Y nos respirábamos, como si fuéramos uno. Este era el propósito máximo de mi visita. Despertarme así, como entre nieblas, como vaporizados, pero juntos. Entendiendo que esa mitad a la cual se acude para hablar del amor, se hacía tangible y solemne, magnífica y simple. Yo siempre despertaba antes que vos, porque también me dormía antes. Que molesto. Porque me aburría y te empezaba a soplar la cara, y vos ya sabías que había un problema: yo había despertado. Y me decías "no hinches", y girabas hacia el otro lado y yo reía y te seguía hinchando.
Esa era mi satisfacción.
Después de escucharte molesta unas cuantas veces, ya me ponía un poco pesado, porque pensaba matemáticamente en las horas que me quedaban para dormir sabiendo que al otro día había que trabajar (sin ganas). Pero aunque sea, si había ido hasta tu casa para despertarte, que me abras la puerta, y me despidas con la cara hinchada entre medio dormida y no, y medio enojada y no, era suficiente para olvidar cierta muerte entre tanto vuelo.
Esa era mi satisfacción.
viernes, 22 de julio de 2016
viernes, 15 de julio de 2016
A partir de Win Wenders
Viven desproporcionados.
Es como cuando pensamos que hay algo escrito inmerso en el aire y nos responde secretamente. Algo que primero lo busco en las reflexiones de la luz del sol, y me muevo como atando hilos entre mis ojos y ellas, haciendo formas raras. Después ausculto en la respiración que te encuentro, que no encuentro, que viene a mi y disonante llega a frecuencias que no alcanzo en mi precaria forma de ser egoísta. Cuando escucho, y busco una satisfacción muy pronta (lastimosa), es, porque quedé atrapado en esa gruesa rama en la que se atoró mi zapato, de la que siempre me ofreciste tus manos para abrazar la mía. Sabias ellas, supieron no lastimarse del todo, porque el merecimiento con el que uno honra los dolores son los fragmentos de vida que se prefieren escribir con el nombre que amas. Fragmentos de vida que uno regala, o mas bien... da. Ese extraño placer donde la congruencia es la consecuencia de sentir que la sonrisa se dibuja en la cara de ese amor, como apaciguando lo pesadumbroso de la existencia. Es quizás el destello de aquel sol que no quiso darme la respuesta que necesitaba, cuando me encontraba con algo mas que un tronco donde apoyarme y mis dedos se distraían sobre su áspera piel, para hacer avanzar el tiempo.
Que bravuras se animó a traerme la corriente, que me encuentran siempre distante del horizonte inerte, pero que como un espejismo se mimetiza en la vagueza con la cual se amaca mi espalda, invocando apoyarse sobre la tuya.
Que bravuras se animó a traerme la corriente, que me encuentran siempre distante del horizonte inerte, pero que como un espejismo se mimetiza en la vagueza con la cual se amaca mi espalda, invocando apoyarse sobre la tuya.
lunes, 11 de julio de 2016
Favio
"El problema es que el otro es el otro. Uno quisiera que el ser que ama fuera uno mismo, poder adivinar su pensamiento, escudriñar. ¿Cómo medís vos el silencio del ser que amás, aunque lo tengas al lado tuyo? Uno cuando ama quisiera escarbar en los silencios del otro, meterse en ellos, abrirle el cerebro y poder pensar con su cabeza."
domingo, 10 de julio de 2016
La distancia entre vos y mi presencia
Estoy caminando sin tu presencia
Desde la imposibilidad del relajo de mis miedos pierdo tu presencia
Desde allí, te busco. Alarmo cada esquina y cada vaso a medio llenar olvidado por tu presencia
Desde el mecerse en el tiempo, como cayendo y siendo absorbido por las contingencias que no encuentran tu presencia
Que bella andas sin mí, que no represento ni siquiera mi presencia
De lejos sos tus pasos enajenando mi presencia
Velando cada instante inmiscuido en los gritos de mi presencia
Que aquejan. Que torpes y vagos bifurcan una especulación de mi presencia
Desde la imposibilidad del relajo de mis miedos pierdo tu presencia
Desde allí, te busco. Alarmo cada esquina y cada vaso a medio llenar olvidado por tu presencia
Desde el mecerse en el tiempo, como cayendo y siendo absorbido por las contingencias que no encuentran tu presencia
Que bella andas sin mí, que no represento ni siquiera mi presencia
De lejos sos tus pasos enajenando mi presencia
Velando cada instante inmiscuido en los gritos de mi presencia
Que aquejan. Que torpes y vagos bifurcan una especulación de mi presencia
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