Te disfrazo de sal, en siluetas breves
Con la gracia del mínimo contacto
Me atrevo a la intromisión, a tus profundidades
Posa como el silencio, tu cuerpo de madera blanca
Quieto sobre capas de nieblas benditas
Que concentran el acto al cual desfallecemos
Derramando lo que quedaba de mi, en cementerios de gloria
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