sábado, 3 de junio de 2017
Algo de La naúsea de Sartre
"Veo el porvenir. Está allí, en la calle, apenas más pálido que el presente. ¿Qué
necesidad tiene de realizarse? ¿Qué ganará con ello? La vieja se va cojeando, se
detiene, tira de una mecha gris que le asoma por debajo de la pañoleta. Camina;
estaba allá, ahora está aquí... No sé dónde ando: ¿veo sus gestos o los preveo? Ya
no distingo el presente del futuro, y sin embargo esto dura, se realiza poco a poco; la vieja avanza por la calle desierta, desplaza sus grandes zapatos de
hombre. Así es el tiempo, el tiempo desnudo; viene lentamente a la existencia, se
hace esperar y cuando llega uno siente asco porque cae en la cuenta de que hacía
mucho que estaba allí. La vieja se acerca a la esquina de la calle, ahora sólo es un
montoncito de trapos negros. Bueno, sí, lo acepto, esto es nuevo, no estaba ahí
hace un instante. Pero es una novedad descolorida, desflorada, que nunca puede
sorprender. Va a doblar la esquina, dobla... durante una eternidad."
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