Escuerzo, endeble y vacío, permito casi remediablemente que instalen dosis y dosis de anestesia,
para andar casi mas, sin importarme que mi caparazón es ver todo, de hecho
mirarlo, sin más intervención que la propia muestra de gratitud, como una
limosna. Pequeñas o grandes dicotomías de encierro mental, buscan apropiarse
cada tanto. Una de ellas, en vía de nuevos horizontes inalcanzables teniendo en
cuenta la operación no estadística y mediática, con la cual acompaño mis
pedaleadas con búsquedas de ventisqueros que hagan bailar palabras, hasta
transcribirme un mensaje de lo que no estoy enterado o simplemente me escondo.
martes, 18 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Un día
Todos los días a la misma hora estornudo en el trabajo Me acuerdo, del estornudo de ayer y su repetición Pienso si esta patología me despi...
-
Las velas encendidas manejan su tiempo de muerte Entregan transparencia de vida marcadas con fuego Fuego que da luz a mi ventana de anhelos ...
-
El pliegue Los charcos están desparramados Un poco por escalones que avecinan las casas y otro por esquinas llenas de nadie S...